martes, 10 de marzo de 2015

POR EL DERECHO A DECIDIR SOBRE MI REPARACION INTEGRAL

Mesa  de  Fortalecimiento  de  las  Víctimas  del  Desplazamiento  Forzado  del Departamento  del  Meta

Somos población en situación de desplazamiento, eso quiere decir que tuvimos que dejar todo, y cuando decimos todo nos referimos a nuestros sueños, nuestras proyecciones, a las ganas de levantarnos cada día, coger el machete y limpiar nuestro pedazo de tierra.  Eso que tenía, era lo mío.
Desde que fuimos desplazados hemos tenido que aprender a guerrear[1] por nuestros derechos, muchos de ellos logrados a través de la participación, pero, ¿qué es la participación para un desplazado/a?

Para nosotros la participación es el mecanismo o la posibilidad de incidir en nuestro propio desarrollo. Desde esta perspectiva, es el derecho que tengo para incidir en cómo quiero mi reparación, o en otras palabras, cómo quiero que mi estado actual vuelva a ser el que tenía antes de ser desplazado o tal vez mejor; Sin embargo, desafortunadamente, las personas que somos desplazadas vemos que con la entrada en vigencia de la ley 1448/2011 se tiende al olvido y desconocimiento de un proceso de participación propio, construido desde las bases organizadas, a partir del dolor y la indignación de ser objeto de derechos y no sujeto de derechos.

Podemos dar ejemplos claros de cómo el gobierno nos trata como objetos de intervención, no como sujetos de derechos, y nos siguen re victimizando. En el mes de marzo de la presente vigencia, en donde a través del Decreto  N° 85302 expedido por el Ministerio de Vivienda, la UARIV Regional convocó a 14 mil víctimas de los 29 municipios del departamento del Meta, con la finalidad de informar a cada una de estas personas que eran beneficiarias de vivienda. Mujeres y hombres llegaron a Villavicencio a hacer una fila que duró desde el 27 de marzo hasta el 28 de abril en las afueras del parque de La Vida COFREM, personas que bajo el sol y el agua hacían fila sólo para recibir un formulario y poder entrar a competir para ser parte una pequeña selección que tiene una partida presupuestal de apenas mil viviendas, como lo confirmó la Secretaría de Vivienda de la Gobernación Departamental. Además de las difíciles condiciones que tuvieron que sobrellevar quienes, llenos de esperanza, hicieron la fila día tras días,  la convocatoria fue cerrada unilateral y abruptamente faltando diez días para la fecha determinada inicialmente, debido al alto grado de estrés de las personas que estaban en la fila de espera en condiciones poco dignas. Las personas que no alcanzaron a inscribirse, quienes igualmente gastaron su dinero y su tiempo, viajando desde diferentes y alejados municipios, quedaron en la incertidumbre, olvidados y excluidos. Hoy en día, nadie responde si se reanudará esta inscripción o cuál es el proceso que deben seguir quienes quedaron sin inscribirse.

Por otra parte, queremos hacer referencia a la llamada estabilización económica. Desde el año 2013 la Alcaldía de Villavicencio, a través de la Secretaría de Participación, lidera un proyecto a cargo de el Doctor Juan Manuel Toro, el cual capacitó a más de 40 mujeres, madres, víctimas y cabezas de hogar, a quienes se les prometió que se les haría un préstamo de 9 millones de pesos, los cuales debían ser cancelados en 36 cuotas, cada una por un valor de $290.000. Al día de hoy, sólo 4 mujeres han recibido el préstamo, las demás están a la espera, y la única respuesta que reciben de la Alcaldía es que están reportadas en Datacrédito[2].

Desde la Mesa de Fortalecimiento de las Víctimas del Desplazamiento Forzado del Departamento  del  Meta, hacemos este llamado de atención con el objetivo de hacer un recuento y visibilizar el  proceso organizativo que hemos venido liderando a nivel municipal, departamental y nacional,  fortalecido  a través  de la  ley  387  de  1997 (actualmente en vigencia),  el  decreto  25/69   reglamentado  en  el  año  2000, 2001 y  2007,  el  decreto  250 de 2005,  la  sentencia  T-025  de   2004  y los  diferentes  autos ordenados  por  nuestra corte  constitucional, el cual nos ha permitido ser reconocidos y escuchados en nuestras reclamaciones.

Gracias al esfuerzo y trabajo comprometido de todos nosotros, hemos logrado sostenernos durante siete años, alcanzando, de la mano de otras y otros líderes, llegar a la institucionalidad para que evitar que nos sigan viendo  como  un estorbo  para  la  sociedad y como una carga fiscal para el gobierno, pero sobre todo, para visibilizar nuestra problemática y así hacer exigencia de nuestros derechos, y no sólo los nuestros como población desplazada sino también que se reconozca a otras víctimas como son las víctimas del secuestro, de la desaparición forzada, de homicidio, de tortura , de violencia sexual, de reclutamiento forzado, víctimas con lesiones físicas que  causan incapacidad como aquellas causadas por las minas antipersona, los atentados  terroristas y el despojo de tierras.

Hoy estamos al  borde  de la desaparición  como  proceso  de Mesas de Fortalecimiento  de  Víctimas  del  Desplazamiento  Forzado,  ya que la ley 1448/2011 y su  reglamentación  sobre  la  participación no es clara al plantear cuál será el papel de estos procesos, y esto nos preocupa sobremanera.

A pesar de los desconocimientos, llantos, risas y aprendizajes,  logramos  consolidar  un  proceso democrático  participativo, es decir, desde las bases existentes en los 29  municipios del  Departamento del Meta. La consolidación de este proceso tuvo en cuenta el enfoque diferencial, ya que cada mesa  está  conformada por población afro-descendiente, indígena, infantil, en situación de discapacidad, al igual que un gran número de mujeres, jóvenes y adultos  mayores. Cada mesa cuenta además con  una  participación  de mínimo  siete  representantes  de  organizaciones  elegidas popularmente con  el  acompañamiento de la Registraduría del Estado civil, personerías, Defensoría del pueblo, secretarías  de  gobierno,  alcaldías municipales, y organizaciones  internacionales como: el Programa  de las  Naciones  Unidas Para el Desarrollo-PNUD, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados-ACNUR, Fundación Panamericana Para el Desarrollo-FUPAD, UARIV, el Departamento para la Prosperidad Social, organizaciones e instituciones que  pueden  dar  fe de  nuestro  proceso organizativo  y  que  apoyaron  este  trabajo  a través de su acompañamiento, logística y recursos  económicos.

Todo lo anterior se puede constatar teniendo en cuenta que en el conteo nacional, Villavicencio obtuvo una de las mejores votaciones, pues con 3.600 votos, se eligieron a 21  líderes  y lideresas,  de  este  municipio,  el cual, en  la  actualidad  cuenta  con  76.000 desplazados  de los  123.000 que la UARIV reconoce  como personas en condición de víctimas del conflicto armado  del  departamento del Meta.

Por todo lo anterior, vemos  con  inquietud la instrumentalización por parte de diferentes instituciones, que en su afán de cumplir con lo que manda la ley 1448/2011, convocan  a las  víctimas por separado, sin reconocer los serios intentos de organización entre los diferentes hechos victimizantes, desatendiendo que, mas allá de cumplir con un mandato legal en necesario en este preciso momento crear unidad entre las víctimas y llevar a las mesas de justicia transicional y a los diferentes subcomités de las  mesas  de  participación de victimas,  propuestas elaboradas  desde  los procesos de base que han llegado a acuerdos sobre la importancia de que las acciones conlleven al  beneficio  colectivo, incidan  en  las  políticas  públicas  y  se  articulen  con  la  oferta  institucional, exigiendo  lo  que,  emanado  del  auto  383  de 2010, ordena  a  Concejales, Alcaldes, Diputados, y Gobernadores, asignar recursos  específicos  para  las  víctimas  del   conflicto.
Existen enormes desafíos para la aplicación y reglamentación de la ley  y  uno de ellos se refiere a la participación de las víctimas en este proceso. “Lo sensato - según Romero[3] - es que en un plazo corto se reglamente la participación para atender al criterio que planteó el Director de Justicia Transicional del Ministerio de Justicia Miguel Samper, al afirmar que debía asegurarse que las víctimas participen directamente”.

Cabría preguntar al respecto, ¿cómo va a participar directamente un universo de cinco millones de víctimas si se están llamando en el afán y sin espacios que garanticen una amplia reflexión; para ello?, ¿la ley prevé unos mecanismos organizados? No basta con invitar a algunas víctimas a las mesas técnicas y que se asuma que a través de ellas se garantizó la participación de las víctimas en el proceso. Es por esto que hacemos un serio llamado a reconocer procesos de organización existentes y fijar mecanismos que llamen a la unión, la reflexión, el dialogo y el verdadero compromiso por parte de las instituciones responsables de garantizar los anteriores preceptos.





[1] Término coloquial que se refiere a batallar, a luchar como un guerrero.
[2] Central de riesgos colombiana
[3] Romero, director de Codhes y representante de la Comisión de Seguimiento a la política pública sobre desplazamiento forzado. 

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